Grande es la historia de los derrotados.
Abarca cementerio olvidados
donde se consumen todavía
los apostatas y los falsarios.
Debe de existir un altar
dónde los viejos dioses se rediman
de la victoria ajena en sus heridas.
Donde Juliano ofrezca sacrificios
para la carne que no tocó la gloria.
Existen cementerios olvidados
como túmulos que la memoria transformó en colinas
para castillos de princesas tontas
y galanes con la espada envainada.
Todos los imperios se levantan sobre cimientos de hueso.
Pero asoman, detrás de las banderas,
los rostros sin orejas de ojos arrancados.
El rostro de los que ya han visto la faz de Dios.
lunes, 26 de marzo de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Demos gracias al poeta porque hace poemas, al panadero por que inaugura panes, al albañil que ha levantado huecos de una casa, al pescado...
-
Esta noche es azul, y es algo triste.. Está un poco apolillada en los faroles. Y hay restos de gatunas ausencias, de ecos apresurados en...
-
Espera, no te vayas aun. Hoy ha sido alguno de esos días perfectos. Espera, se paciente. Mirémonos un rato a los ojos. Escucha, te digo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario