viernes, 28 de febrero de 2020

Emergió de la noche más pura. No tuvo padres,
mas el mar la tomó con sus dedos agrietados
entre sus tiempos húmedos. Dejó que sus cabellos se enredaran.

El mar pudo cuidarla en su rudeza
le dio dedos y sal, creció entre algas
y no tuvo orillas. El amor del mar fue su infinito,
no conocía el cielo alborotado, la luz y su escalera,
no había llegado hasta la orilla de la tierra.

Esta criatura húmeda no conoció la sed,
la desesperanza de una roca aérea.
Fue la tormenta, solo ella la atrajo
más allá del sueño profundo que perduraba,
la tormenta se alzaba protestando.
En el vientre escuchaba la sirena aquella voz,
aquella voz que le tocó la frente
abrió su miedo y su curiosidad.

Salió del mar, salió arrastrándose entre golpes
de sal y roca, de tierra que no la amaba.
Solo el mar podía amarla.

De la tierra tuvo solo el silencio,
dejó su cuerpo frío sobre la arena.


jueves, 27 de febrero de 2020


El silencio salió desde los escondrijos originales de la tierra
empujando las hojas acumuladas sobre el suelo,
se levantó desnudo entre los árboles cansados,
hombros de niebla, la frente húmeda de una llovizna amedrentada.

En el monte conversaban los gorriones,
un estadio de plumas y flores amarillas
se le enfrentó y lo pudo. Salió gritando
lastimado y sin manos, desgarrado en jirones
como un viento que muere.

Perro amarillo, rengo de miedo,
corrió por la avenida a plena luz del día
y los gorriones gordos se reían,
a gritos
se reían.


"¿Has visto?" decía el niño
diminuto y moreno que un día apareció.
¿Has visto como el gato duerme envuelto en su propio calor?
¿Como son los veranos de sol y sombra?
¿Como suena una lata cuando la agito así?

Después perdió esa risa,
se hizo alto y severo.
¿Se ha roto?, ¿está incompleto?,
ya no es el ruido agudo de un cachorro despierto.

Duró solo ese día, estuvo y se esfumó
el niño que decía "¿Has visto?".
Ya no logro acordarme su nombre y su color.

Acaso y no recuerdo ni como se llamaba.


miércoles, 26 de febrero de 2020

El amor es un perro que se ha criado solo,
que ya anduvo en la calle
y ya bebió del charco,
que ya tuvo las pulgas de una tarde embarrada.
Trota solo en la sombra de una larga vereda
buscando alguna cosa que ignora como era.

Cuando uno abre la puerta y sale sin demoras
está esperando acaso echado en un cartón.
Lleva el hocico romo de andar hurgando el viento
y tiene cicatrices. Lo cubren, son ínfimas
aquellas cicatrices que se hizo en un jardín ajeno.

El amor cuando crece es como las cosas,
envejece, hace pausas, se pierde
y si lo buscan quizá no han de encontrarlo;
estará echado en una sombra que se nos ha escapado.


sábado, 22 de febrero de 2020

¿Cómo ha de cantar ahora Silvia María
si le han esfumado su propia guitarra
y no hay quien sepa?

¿En dónde habrán dejado
la guitarra de Silvia María?
Ella la busca, dicen que la ha llamado en la calle
y la guitarra sola, escondida en algún sitio
ha de llamar también
que venga a buscarla su compañera vieja,
que se ha hecho tarde y nadie viene
por las calles de México,
y es tan grande el mundo
que Silvia María y su guitarra no se encuentran todavía.

Así fueron a buscarla los pájaros,
llamaron dentro dentro de los patios
de las viejas casonas sosegadas:
   "Guitarra, guitarra, guitarra,
   sal de donde fuere que estés escondida.
   "Salte guitarra, que Silvia María
   te anda buscando
   y llama en las puertas,
   guitarra. guitarra.
   Afuera, en el bosque, te extrañan, guitarra,
   y esta noche acaso ya quiera llover
   cuando vea la Luna
   que no has de volver."

Así la llamaron, 
y solo las piedras calladas sabían. 
¡Ay, la guitarra de Silvia María! 
Aquella que dicen estaba perdida 
hoy canta en las calles, 
hoy llena las voces 
de un millón de extraños
Si nosotros la oímos adentro del bosque: 
es toda guitarra ya el sol de la tarde, 
es solo guitarra el viento y la noche. 
No la hemos perdido. Se ha vuelto del aire, 
mira como canta perdida en las calles. 

No ha buscado más a su compañera,
y en la fonda canta la Silvia María
ya nunca más sola, y nunca perdida.


Hoy no se que escribir, porque las cosas  están frías y muertas,  el silencio ha tomado los días de la semana.  Miro por la ventana  como el...