miércoles, 26 de febrero de 2020

El amor es un perro que se ha criado solo,
que ya anduvo en la calle
y ya bebió del charco,
que ya tuvo las pulgas de una tarde embarrada.
Trota solo en la sombra de una larga vereda
buscando alguna cosa que ignora como era.

Cuando uno abre la puerta y sale sin demoras
está esperando acaso echado en un cartón.
Lleva el hocico romo de andar hurgando el viento
y tiene cicatrices. Lo cubren, son ínfimas
aquellas cicatrices que se hizo en un jardín ajeno.

El amor cuando crece es como las cosas,
envejece, hace pausas, se pierde
y si lo buscan quizá no han de encontrarlo;
estará echado en una sombra que se nos ha escapado.


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