martes, 12 de noviembre de 2019

Yo soy un gato de la calle.
Nací de noche bajo un puente
y tengo tres hermanos
del mismo color.

Yo soy un gato de la calle.
Toda mi vida es este barrio.
Si usted me deja una moneda
yo le termino esta canción.

Yo soy un gato de la calle.
No como en platos ni uso piedras.
Nunca he dormido en un balcón.
Si hace calor en las palmeras
y si hace frío en un galpón,
duermo en cualquier rincón que sea
de mi jurisdicción.

Yo soy un gato de la calle.
Nunca he vivido bajo techo.
pero de noche y si está fresco
seguro escuchan mi canción.
Me gusta andar en las veredas,
mojarme el lomo con la lluvia
¿Señor, me deja una moneda?
y le repito esta canción.

Yo soy un gato de la calle...


sábado, 9 de noviembre de 2019

Con esta lluvia salen los caracoles.

Cuando uno vive rodeado de cemento
olvida que en el mundo viven los caracoles.

Ellos salen desnudos, benditos por la lluvia,
son felices en este jardincito prisionero
que nadie ha reclamado todavía
y que ellos habitan en silencio.

Su amplia virtud de estar y ser felices,
de aparearse y dejar nidos repletos de futuros
los mantiene escondidos todavía.
No ambicionan recuperar los patios que compramos
y comerse el cemento y agrietar las columnas con sus huevos.
Es primavera así que solo quieren comer hojas,
remojarse la cáscara y el vientre,
competir con el sol por cada brote.

Pueblo de diminutas estadías,
campesinos esforzados,
fantasmas de un camino de plata,
corazones de agua,
caracoles delgados y pacientes
la lluvia ha venido hoy para ustedes.


Amar es sufrir un poco
la incontinencia del amor
lo renovado
de la maravilla
lo perdurable del pequeño asombro
y lo ingrato de la extinción sabida,
porque vendrán las horas sin amores
que no quieran guardarse en los bolsillos
aquello que quisimos
y tal vez afortunadamente conseguimos
en todo o un poquito.

Pero quien ama afronta la penuria
de saber que no dura,
nada es eterno.
Toda razón aguarda para el día
en que nos falte amor y sobre tiempo.

Amar sin miedo a nada es el remedio
y los remedios son como los humos
de un drogadicto ansioso.
Amar desesperadamente es medio amor,
amar tonta y confusamente,
amar solo desnudo y no aprender
amores vestidos, amores distanciados,
amores de a trocitos incompletos,
rompecabezas de amores que nos hemos permitido tomar prestados.

Quien ama sabe que un día le será reclamado
lo que amó y no es bueno llorar por anticipo
y quizá no sea bueno llorar por terminado.
Quizás no durará pero el amor dura,
porque uno lo toma de un pasillo
o de una ventana o de un rescoldo
y lo lleva consigo
en la costumbre
y lo riega de a ratos y lo deja dormido en lo soleado.
Así el amor crece, se hace ancho,
prospera, duerme con sonido, abre la boca y ríe.
Amar es bueno, y no amar ha de ser muy aburrido.
Amar es necesario, a veces, y el noamor es la espalda del miedo.



Hoy no se que escribir, porque las cosas  están frías y muertas,  el silencio ha tomado los días de la semana.  Miro por la ventana  como el...