sábado, 9 de noviembre de 2019

Con esta lluvia salen los caracoles.

Cuando uno vive rodeado de cemento
olvida que en el mundo viven los caracoles.

Ellos salen desnudos, benditos por la lluvia,
son felices en este jardincito prisionero
que nadie ha reclamado todavía
y que ellos habitan en silencio.

Su amplia virtud de estar y ser felices,
de aparearse y dejar nidos repletos de futuros
los mantiene escondidos todavía.
No ambicionan recuperar los patios que compramos
y comerse el cemento y agrietar las columnas con sus huevos.
Es primavera así que solo quieren comer hojas,
remojarse la cáscara y el vientre,
competir con el sol por cada brote.

Pueblo de diminutas estadías,
campesinos esforzados,
fantasmas de un camino de plata,
corazones de agua,
caracoles delgados y pacientes
la lluvia ha venido hoy para ustedes.


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