No deberíamos pensar que todo aquí es eterno,
y que mañana el sol saldrá como hoy lo ha hecho.
y que mañana el sol saldrá como hoy lo ha hecho.
Mañana puede el viento derribar la alboreada
como una tela fina, manchándose de barro sobre la hierba fría;
y luego descubrir nuestro tesoro herido
muriéndose aferrado a la ceniza.
No, este instante de luz no durará, y perece
todo lo que se cría sobre la tierra verde.
Así como la muerte toca árbol y río,
al cangrejo y la roca, se consumen
la brasa, el caballo y la gloria.
El amor no es eterno más allá de su hora.