lunes, 4 de enero de 2021

No deberíamos pensar que todo aquí es eterno, 
y que mañana el sol saldrá como hoy lo ha hecho. 
Mañana puede el viento derribar la alboreada 
como una tela fina, manchándose de barro sobre la hierba fría; 
y luego descubrir nuestro tesoro herido 
muriéndose aferrado a la ceniza. 

No, este instante de luz no durará, y perece 
todo lo que se cría sobre la tierra verde. 

Así como la muerte toca árbol y río, 
al cangrejo y la roca, se consumen 
la brasa, el caballo y la gloria. 
El amor no es eterno más allá de su hora. 


Es un día de frío.  Lo sé porque es el viento  y el cariño del gato  las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día  del oto...