Corazón de lechuga:
cada hoja, al desprenderse,
deja tras de sí una parte
más tierna y más desnuda.
Ve a pararte en el sol y en la llovizna
como una obra de la tierra
y florece, hazte alto, ancho, amplio
de esta simple bondad que te recorre.
A ti irán los ríos y los árboles
te pondrán su cubierta de ternura,
en ti los hombres hallaran remansos
donde saciar la sed de su bravura.
Como esta hoja que ha venido a darse
entre las piedrecitas y los días,
que haciéndose suavísima a sí misma
ahora se eleva y se multiplica.
Date a ti mismo esta delicadeza
de existir y ser verde entre las piedras.
lunes, 19 de marzo de 2018
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