Le pondré mi camisa,
la blanca hecha retazos
que conseguí una vez en cualquier tienda.
Y el pantalón de hilo que ya no llega a mi tobillo.
Hay cuerda en una caja arriba del ropero,
para ceñirle el pecho y la cintura.
Y un gorro de lana, tal vez el que no uso,
para que no parezca,
además de espantapájaros, miseria.
miércoles, 20 de agosto de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Demos gracias al poeta porque hace poemas, al panadero por que inaugura panes, al albañil que ha levantado huecos de una casa, al pescado...
-
Esta noche es azul, y es algo triste.. Está un poco apolillada en los faroles. Y hay restos de gatunas ausencias, de ecos apresurados en...
-
Espera, no te vayas aun. Hoy ha sido alguno de esos días perfectos. Espera, se paciente. Mirémonos un rato a los ojos. Escucha, te digo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario