He perdido las uñas y tengo secos los ojos.
En el largo camino de la tortura
cada hueso quebrado ya es ceniza.
Tengo el linaje y las venas vacías
de los que recortan alaridos de la oscuridad.
Fui quebrado, rajado, derrotado,
olvidado, transvasado, hundido,
latigueado, cortado, triturado;
y al fondo del abismo, consumido.
No tengo piel, ni corazón ni huesos
y el espíritu me brota entre los dedos.
Pero camino.
No busco el horizonte ni lo eterno.
Quiero una eternidad donde me duerma.
martes, 26 de mayo de 2015
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