miércoles, 5 de septiembre de 2018

Reside en ti la altiva soledad
de nuestra especie.
Como un libro, en el silencio
de los años acumulados.
Como una flor
que muere con el alba.
Como un caballo enfermo en la penumbra.
Como un gato que duerme.

Puede la soledad hacerte alto,
erigirte de sí misma entre la gente
te llevará sin que la hayas seguido
desprendiendo tu forma de su forma,
alumbrando tus ojos y tus dientes
con la luz y el silencio.

La soledad te constituye espacio,
te sigue como un perro bientratado,
te ocupa los silencios y el murmullo.


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