Una vez supe hacer un escarabajo
con papel de colores y dobleces
que imitaba la gracia de la vida
como imitan los hombres sus asombros.
Pero lo he olvidado. No recuerdo
la sencillez de sus líneas paralelas
y la frescura infantil que lo habitaba.
Se me perdió su vuelo entre mis días.
Uno olvida las cosas simplemente
como olvida los sueños en el día
que se van lentamente diluyendo
su espectral y ausente fantasía.
Uno olvida el asombro y la belleza,
mientras topamos la nariz con otras bestias
y sus nuevos pelajes resplandecen
cegándonos a duendes más antiguos.
Me olvidé los mitos que sabía
cuando niño me cubrían los árboles.
Me olvidé de su sombra bendecida.
lunes, 5 de septiembre de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Petunia se descubre desde la ausencia y la rutina. Sus grandes ojos claros se entienden cuando dice que nos desprecia a todos y que quiere...
-
“La vida, como un un péndulo, oscila constantemente entre el dolor y el hastío.” Arthur Schopenhauer "Sísifo de la luz, lo vi asce...
-
Es hermosa la lluvia. Si tenemos el techo que le de disciplina. Y es hermoso el sonido del metal y del agua, y la noche que brilla despu...
No hay comentarios:
Publicar un comentario