¡Ay, Giacomo, tu muerte
se alzó ayer de tu tumba
y salió atravesando las paredes de marmol
pálida de tan débil
la sombra de tu angustia!
No ha valido tu muerte,
no contuvo el espíritu
animoso y cobarde de los hombres.
Tu tiempo se agotó en la corriente
y los árboles guardan tu voz en sus raíces.
Ayer los hombres gritaron en el aire
nuevamente un dolor que se arrastra
y tu muerte se alzó, expectante
como un gato en la noche.
¡Ay, Giacomo! Esta noche,
tu noche es mi noche
pues esta noche tuya nos pertenece a todos.
Mañana el hombre hará que el camino florezca,
o plantará a su vera las columnas del humo.
viernes, 8 de junio de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Yo soy en el amor como las nubes, pues pertenezco al amplio horizonte, y desde allí observo tus caminos. Puedo permanecer en mis alturas...
-
Llena, pues, de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche de alma para siempre oscura. Federico García Lorca ¿Por que...
-
Resido en el espacio altivo y distraído que priva a la tristeza. Abitamos un limbo de amaneceres bellos, pero vanos y tristes, como flor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario