¡Qué ansias de futuro conservan las estatuas!
que en sus pedestales se sientan y murmuran
sus historias. Pasan los hombres, relojes y almanaques
construyen cada día y lo sepultan.
En el afán de eternidad radican el ritual y la costumbre.
La alta piedra tallada, los sillares de los templos,
las columnas en las paredes de los hogares
murmuran un lenguaje hecho de polvo y tiempo
que ningún hombre alcanza a contestar.
Algunos envejecen, rodeados de sustancias
que perdurarán olvidadas de sí mismas
y que acercan al oído leve del anciano
su inmaterial confesión intemporal.
Algunos hombres pueden escuchar a las piedras.
sábado, 20 de enero de 2018
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