¡Qué ansias de futuro conservan las estatuas!
que en sus pedestales se sientan y murmuran
sus historias. Pasan los hombres, relojes y almanaques
construyen cada día y lo sepultan.
En el afán de eternidad radican el ritual y la costumbre.
La alta piedra tallada, los sillares de los templos,
las columnas en las paredes de los hogares
murmuran un lenguaje hecho de polvo y tiempo
que ningún hombre alcanza a contestar.
Algunos envejecen, rodeados de sustancias
que perdurarán olvidadas de sí mismas
y que acercan al oído leve del anciano
su inmaterial confesión intemporal.
Algunos hombres pueden escuchar a las piedras.
sábado, 20 de enero de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Demos gracias al poeta porque hace poemas, al panadero por que inaugura panes, al albañil que ha levantado huecos de una casa, al pescado...
-
Esta noche es azul, y es algo triste.. Está un poco apolillada en los faroles. Y hay restos de gatunas ausencias, de ecos apresurados en...
-
Espera, no te vayas aun. Hoy ha sido alguno de esos días perfectos. Espera, se paciente. Mirémonos un rato a los ojos. Escucha, te digo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario