Yo he tenido el amor entre los brazos,
pero no era el amor;
y he roído sus mieles una a una,
pero las encontré vacías.
Y una noche, que había llovido y todo
estaba húmedo y frío,
me fui por la vereda opuesta
porque el amor se cayó por la escalera.
Y yo, que no sabía preparar funerales,
le dí una caja llena de recuentos,
me quedé con un libro casi de salvamento.
Ese invierno dormí feliz y solo;
en un rincón mi estufa canturreaba
sobre el dolor de la paciencia ardida.
Uno no ha sido víctima o victimario;
se piensa solamente que de heridas
sabemos recordar lo necesario.
Quizá no fabricamos el cuchillo,
pero al usarlo nos cortó la mano.
lunes, 10 de abril de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hoy no se que escribir, porque las cosas están frías y muertas, el silencio ha tomado los días de la semana. Miro por la ventana como el...
-
Yo soy en el amor como las nubes, pues pertenezco al amplio horizonte, y desde allí observo tus caminos. Puedo permanecer en mis alturas...
-
Llena, pues, de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche de alma para siempre oscura. Federico García Lorca ¿Por que...
-
Resido en el espacio altivo y distraído que priva a la tristeza. Abitamos un limbo de amaneceres bellos, pero vanos y tristes, como flor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario