Hablemos. Se puede hablar de cualquier cosa.
Yo escucho. Sentado en la penumbra
puedo escucharlo todo. Siempre escucho
el rasguido de los gatos en el vientre de la madre,
el universo carmesí dentro de la sandía cuando ensancha
y arrastra tras de sí la verde procesión del tallo.
El mundo es un sonido perpétuo. Yo escucho
de noche, ya en el borde del sueño, las esferas.
O un grillo que se durmió sobre sus hilos.
viernes, 21 de abril de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
“La vida, como un un péndulo, oscila constantemente entre el dolor y el hastío.” Arthur Schopenhauer "Sísifo de la luz, lo vi asce...
-
Es hermosa la lluvia. Si tenemos el techo que le de disciplina. Y es hermoso el sonido del metal y del agua, y la noche que brilla despu...
-
Yo he tenido el amor entre los brazos, pero no era el amor; y he roído sus mieles una a una, pero las encontré vacías. Y una noche, que ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario