Nunca nos quisimos demasiado.
Estaba dicho ya que nos separaríamos
cuando a la cuerda tensa le sería demasiado.
Eramos cómplices, niños, alguna inocencia
que nos cubrió la oreja con su sombra.
Pero ya estaba dicho que íbamos distintos
para caminos anchos donde nos faltaríamos.
Y no tardó en decirse lo que ya se sabía.
Ahora ya estamos lejos. Demasiado
tan lejos para no regresarnos.
No existe hilo que teja esta deshilvanada
senda que hemos partido.
Ningún árbol nos queda de sombra en el camino.
jueves, 10 de septiembre de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Yo he tenido el amor entre los brazos, pero no era el amor; y he roído sus mieles una a una, pero las encontré vacías. Y una noche, que ...
-
Demos gracias al poeta porque hace poemas, al panadero por que inaugura panes, al albañil que ha levantado huecos de una casa, al pescado...
-
Fue el centauro a la roca para mirar el agua como un arbusto más sobre la tierra; el pálido reflejo no lo miró a los ojos. Una pequeña ag...
No hay comentarios:
Publicar un comentario