lunes, 1 de septiembre de 2014

Y ese hombre largo un llanto... 
Pero un llanto que todavía no se me olvida.
Y de eso hace cincuenta años.

Francisco Benedicto Rodriguez
Sobreviviente a la dictadura de R. L. Trujillo en República Dominicana

Si lo viera, se tuerce en mi recuerdo.
Usted no sabe lo que yo imagino.
Le digo que los vi, eramos jóvenes,
había mujeres, hijos, tierra.
Pero había hombres malvados.
Por que no eran equivocaciones,
aquello fue maldad. No se me olvida
que nos querían matar por que teníamos
quizá algo que ellos no alcanzaron.
Cada día me acuerdo que pudimos
haber salvado al mar de atragantarse
con los huesos impunes de mis muertos.
Por que tal vez pudieron hacer que el aire
no oliese tanto a grasa y a matanza.
Pero no lo ha querido así y así no ha sido.
Me cubre una vergüenza cuando cuento
que mientras hablo ellos se han muerto.
Si usted supiera cuanto se callaron
las paredes quebradas de la cárcel
y el monte con raíces hechas sobre los huesos.


No hay comentarios:

Es un día de frío.  Lo sé porque es el viento  y el cariño del gato  las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día  del oto...