No escribo al vino opaco que no entiendo,
ni a la mujer desnuda que me aburre.
No escribo al cuerpo fuerte del doncel
ni a la razón de muertes y torturas.
No aspiro liberar al pueblo ni a las mentes
ni quiero descubrir cual dios existe.
Apenas digo agua y lluvia triste, tortuga
antiguo escudo gris de la pobreza triste de la tierra.
Estoy al borde de la línea, entre la mentira y el ensueño.
No tengo patria, fuerte ni bandera.
De luz y de ceniza se manchan mis colores.
No aspiro a la corona de laureles
ni a la crátera de divino aceite.
Estoy queriendo ser honesto en mi mentira
y eso me ocupa en demasía las horas.
lunes, 1 de septiembre de 2014
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