domingo, 14 de septiembre de 2014

La palmera se da en la vereda,
dejando caer las hojas que mueren
después de haber visto el cielo.
Las deja que vayan, desmenuzándose
mientras la gente, que pasa y se queja,
le arranca pedazos, minúsculos trozos
a la rama muerta que ya ha de caer.

La palmera pobre, que nunca quisiera
conquistar la tierra, invade el cielo.
Y deja que caigan muertos escalones
mientras fragua adentro los próximos brotes.


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