dejando caer las hojas que mueren
después de haber visto el cielo.
Las deja que vayan, desmenuzándose
mientras la gente, que pasa y se queja,
le arranca pedazos, minúsculos trozos
a la rama muerta que ya ha de caer.
La palmera pobre, que nunca quisiera
conquistar la tierra, invade el cielo.
Y deja que caigan muertos escalones
mientras fragua adentro los próximos brotes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario