viernes, 23 de mayo de 2014

Tengo hambre.
Tanta hambre que atraviesa mi estomago
y me impide dormir para olvidarla.

El hambre es una feroz melancolía.
Una insatisfacción tan absoluta
que abarca días enteros de nostalgia.

Y como, lo de siempre.. cotidiano.
Y me duermo y no sueño con nada.
Y despierto y trituro los huesos.
Soy feroz, soy salvaje, estoy comiendo.

Pero falta.. No se que es lo que busco
y es seguro que no busco nada.
Solo muerdo porque hace perder tiempo
y al despertar afuera es enero de nuevo.

Es un día de frío.  Lo sé porque es el viento  y el cariño del gato  las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día  del oto...