Esa cabeza prevalece sobre la multitud,
ajeno el rostro al describir inutil de los gestos.
Hay algo de salvaje fiereza en ese rostro.
Una belleza antigua que conserva
el traso audaz y duro de los tigres.
Debió de ser terrible cuando su creación.
Pero es maravilloso encontrarsele hoy
como si no hubiese muerto
el tiempo primigenio.
Hasta la risa suave es sigilosa y evoca una tristeza
igual al cachorro que retoza
detras de los barrotes.
No se si se pudiera liberarlo,
dejar que vuelva a ser lo que ya era.
Dejar que vague con su melancolìa
grisaceamente azul, bajo el otoño.
miércoles, 7 de mayo de 2014
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
“La vida, como un un péndulo, oscila constantemente entre el dolor y el hastío.” Arthur Schopenhauer "Sísifo de la luz, lo vi asce...
-
Es hermosa la lluvia. Si tenemos el techo que le de disciplina. Y es hermoso el sonido del metal y del agua, y la noche que brilla despu...
-
Yo he tenido el amor entre los brazos, pero no era el amor; y he roído sus mieles una a una, pero las encontré vacías. Y una noche, que ...