miércoles, 8 de octubre de 2014

Vuelvo a casa, distraído y ajeno,
con el hígado tenso
ante el vómito brilloso en las vidrieras
y a la canción que guardan las palmeras.

Vuelvo a casa en la noche
letárgico y monótono, azul
tengo las sombras de los ojos
estirándose hasta alcanzar el borde
acallado de la boca.

Camino atravesando sombras,
dibujando siluetas confundidas
entre la luz que muere y los muros
que se inclinan, dormidos en la noche.

Hay días que vuelvo a casa triste,
olvidado de todos, tan ausente.


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