Yo podría escribirte los versos más hermosos
que nadie ha escrito y que nadie más puede.
Cuando caiga la noche y tenga tu silencio, mi silencio,
rodeando mi admirada paciencia, tu presencia
podría decirte tu belleza en palabras
y dejar de mirarte con esta expresión tonta
con la que siempre sigo tus pasos y tus gestos.
En esta noche triste podríamos hablarnos
y decirte la maravillosa conjunción de tus músculos.
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