Con el sol del verano, dormita el caracol.
Aguarda que regresen aquellos días mejores
en los que aventurarse hacia el césped y el viento.
Ignora a las hormigas que se afanan
buscando interminablemente el azúcar del mundo.
Al aire los gorriones, ensayan un destemplado coro
como si no tuviesen motivos de tristeza.
Se cubre el caracol con su coraza
de petrificados sueños de amapolas.
martes, 26 de noviembre de 2013
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