domingo, 20 de octubre de 2013

Volvemos siempre a graficar la pena con la lluvia,
a descubrir que dios es cristal roto,
que los gatos son nocturnos sinónimos de misterio,
y ya trepan de nuevo por los techos.
Volvemos siempre al árbol, siempre al viento.

Volvemos siempre a descubrir el habito de monje
que exhiben los gorriones cuando empieza el otoño.
Volvemos siempre a creer que el invierno es un viejo gastado
y que la primavera se abandona al verano.

Es un día de frío.  Lo sé porque es el viento  y el cariño del gato  las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día  del oto...