Volvemos siempre a graficar la pena con la lluvia,
a descubrir que dios es cristal roto,
que los gatos son nocturnos sinónimos de misterio,
y ya trepan de nuevo por los techos.
Volvemos siempre al árbol, siempre al viento.
Volvemos siempre a descubrir el habito de monje
que exhiben los gorriones cuando empieza el otoño.
Volvemos siempre a creer que el invierno es un viejo gastado
y que la primavera se abandona al verano.
domingo, 20 de octubre de 2013
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