lunes, 19 de agosto de 2013

Amor, cuantos caminos hasta llegar a un beso,
¡qué soledad errante hasta tu compañía!
Pablo Neruda

Yo esperaba el amor como en los cuentos.
Los cuentos que se inventan y que mas nos creemos los ingenuos.
Yo esperaba el amor una tarde cualquiera,
un tropiezo de esquina, una tonta sonrisa.

Yo esperaba el amor con la ilusión prendida,
como el gato que acecha al incauto ratón en la penumbra.
Como el árbol que crece hacia la flor
prometida y efímera de la mano de dios.

Creía en el amor como el indio en la tierra,
como el niño en el padre, como el único dios.
Esperaba la tarde en la cual el amor me golpearía
las mejillas ardidas, la sonrisa aturdida
del que sabe que llega a la caricia.

El amor era entonces el mágico ideal
de las tardes de sol y de melancolía.
El amor era entonces el mas sencillo sueño.
Una tarde de sol, una sonrisa tímida,
unos hermosos ojos, una loca pasión.

Pero nadie me dijo, de ese amor, esta espera.

Es un día de frío.  Lo sé porque es el viento  y el cariño del gato  las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día  del oto...