-¿Podrás perdonarme, Señor?
susurra el viejo.
Está muriendo desde el silencio
lúgubre y desmadejado
que amana como un hálito
pegajoso y crujiente.
-¿Podrás perdonarme, Señor?
musita al viento,
cuando este se estanca sobre la mortaja.
Tiene miedo,
memoria de una vida arrastrada.
Ha vivido mucho mas que sus años,
tiene viejos los huesos desde antaño.
Es un resto de hombre que se agota,
una lumbre perdida y vacilante
aferrada con tenazas de alambre
a la vana miseria que lo mata.
-¿Podrás perdonarme, Señor?
¿Podrías?
sábado, 3 de agosto de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Demos gracias al poeta porque hace poemas, al panadero por que inaugura panes, al albañil que ha levantado huecos de una casa, al pescado...
-
Esta noche es azul, y es algo triste.. Está un poco apolillada en los faroles. Y hay restos de gatunas ausencias, de ecos apresurados en...
-
Espera, no te vayas aun. Hoy ha sido alguno de esos días perfectos. Espera, se paciente. Mirémonos un rato a los ojos. Escucha, te digo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario