A veces me despierto a las seis de la tarde
y descubro que afuera recién despierta el día.
A veces coincidimos yo y el mundo.
El se despierta justo al abrir la ventana
y vuelan retrasados los gorriones.
A veces somos lentos,
absolutamente perezosos,
y de la noche pasamos a la siesta.
miércoles, 7 de agosto de 2013
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