Que tristes y aburridos los domingos,
que ha sido la ciudad la que se ha ido
y uno ha quedado solo en su escondrijo.
No hay bien ni oficio que redima
de esta innoble apatía que carcome
el habito de estar, como otros días.
Un caballo, una sombra, una llave;
todo es igual y nada vale
porque es el propio tiempo el fugitivo.
Apenas son un día, pero imprevistos
se asoman como un perro en la vereda
y nos piden sueño, agua, paciencia.
martes, 14 de noviembre de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Yo soy en el amor como las nubes, pues pertenezco al amplio horizonte, y desde allí observo tus caminos. Puedo permanecer en mis alturas...
-
Llena, pues, de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche de alma para siempre oscura. Federico García Lorca ¿Por que...
-
Resido en el espacio altivo y distraído que priva a la tristeza. Abitamos un limbo de amaneceres bellos, pero vanos y tristes, como flor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario