En un barrio en la ciudad una mujer
envenena los gatos de sus vecinos.
En los caminos quedan animalitos con estómagos rotos.
¿De dónde viene su maldad?
¿Cómo construye espacios cotidianos
y entre los dedos crece sus espinas?
Hay personas que odian la madera,
otras que detestan los colores fuertes.
He conocido a quien desprecie la penumbra.
(Mala señal es no amar la penumbra.)
Quizá los gatos le sean malos
o molestos. Sus gritos buscándose en la noche
recuerden el infierno de lo vivo.
¿Cómo llegó a la ausencia, a la apatía?
Quizá no puede ver en otras vidas
donde el dolor aprende a cobijarse.
Así son las criaturas, bajo el cielo.
Si alguna vez tuvimos el jardín, lo hemos perdido
porque costaba mucho mantenerlo.
Una mujer en la ciudad mata a los gatos.
Les envenena el agua, el aire, el paso.
En los caminos quedan animalitos con estómagos rotos.
jueves, 3 de agosto de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Demos gracias al poeta porque hace poemas, al panadero por que inaugura panes, al albañil que ha levantado huecos de una casa, al pescado...
-
Esta noche es azul, y es algo triste.. Está un poco apolillada en los faroles. Y hay restos de gatunas ausencias, de ecos apresurados en...
-
Espera, no te vayas aun. Hoy ha sido alguno de esos días perfectos. Espera, se paciente. Mirémonos un rato a los ojos. Escucha, te digo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario