De toda tu memoria, soy tu olvido.
La sombra del invierno cuando llueve.
Soy esa soledad que siempre esquivas.
Soy tus horas perdidas.
Nunca estuve donde no querías,
nunca estuve en tus pasos.
Soy la guardia en la puerta y la penumbra.
Soy el paraguas, pero no la lluvia.
La cerradura, pero no la llave.
Soy el árbol, pero no las frutas.
Siempre he quedado al borde el camino.
Siempre miro de lejos tu destino.
sábado, 5 de marzo de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Yo he tenido el amor entre los brazos, pero no era el amor; y he roído sus mieles una a una, pero las encontré vacías. Y una noche, que ...
-
Demos gracias al poeta porque hace poemas, al panadero por que inaugura panes, al albañil que ha levantado huecos de una casa, al pescado...
-
Fue el centauro a la roca para mirar el agua como un arbusto más sobre la tierra; el pálido reflejo no lo miró a los ojos. Una pequeña ag...
No hay comentarios:
Publicar un comentario