Ahora estoy amando como crecen los árboles.
tan lento como el día y la costumbre.
Toda tu sangre se me ha vuelto verde
y te encuentro creciendo sobre el brazo del árbol.
He descubierto ya el modo cotidiano de verte
sin necesitar tu ronda en mi silencio,
y sin embargo nunca te he perdido.
Ahora puedo verte en la virtud del agua,
en la ternura esquiva de las lagartijas.
miércoles, 16 de marzo de 2016
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