Temo a la oscuridad, temo al silencio.
Temo a las sombras huecas de las calaveras.
Temo al agua que escapa a nuestras manos
y al eléctrico azul de las tormentas.
Tengo miedos que crecen
como hongos antiguos en la sangre.
Heredero del hombre, soy temor
que a costa de sí mismo sobrevive.
Temo a los ojos ausentes de los gatos,
y a la frialdad crujiente de la araña.
Construyo mis temores de cosas cotidianas.
En cada esquina encuentro a la muerte.
Y soy, de cada esquina, vigilante.
miércoles, 16 de abril de 2014
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Yo he tenido el amor entre los brazos, pero no era el amor; y he roído sus mieles una a una, pero las encontré vacías. Y una noche, que ...
-
Demos gracias al poeta porque hace poemas, al panadero por que inaugura panes, al albañil que ha levantado huecos de una casa, al pescado...
-
Fue el centauro a la roca para mirar el agua como un arbusto más sobre la tierra; el pálido reflejo no lo miró a los ojos. Una pequeña ag...