No habléis de mi cuando ya me haya ido.
No servirá de nada entonces la memoria.
Las personas olvidan demasiado temprano
y resguardan los muertos en grisáceos cuadros
donde pueden ser tristes y adorados.
Perdonan al ausente, justifican sus duelos,
elaboran mentiras con restos de verdades.
Descubren las virtudes que poco se notaron.
Como el retrato que pierde sus colores,
fenecen inocentes las palmas y las flores.
El duelo se convierte en un olvido gris,
como un largo otoño que solo se termina
cuando mueren las hojas que lo compusieron.
Entonces se diluye en la memoria
el rostro, las palabras, las mínimas acciones
de los que ya no están y a los que no recuerdan.
sábado, 12 de abril de 2014
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Demos gracias al poeta porque hace poemas, al panadero por que inaugura panes, al albañil que ha levantado huecos de una casa, al pescado...
-
Esta noche es azul, y es algo triste.. Está un poco apolillada en los faroles. Y hay restos de gatunas ausencias, de ecos apresurados en...
-
Espera, no te vayas aun. Hoy ha sido alguno de esos días perfectos. Espera, se paciente. Mirémonos un rato a los ojos. Escucha, te digo...