viernes, 19 de abril de 2013


He de dormir.
Y ya no puedo.
Hay demasiadas pesadillas sueltas.
Un lobo oscuro, sombra y amargura,
me acecha desde una roca a oscuras.
Tiene colmillos deformes por la luna,
y una erizada pelambre, bestezuela
malvada del hocico a la cola.
*
Solo tengo seis años,
y es de noche,
ennegrecida por sus fauces.
La bestia sombra negra
me ronda y se abalanza
y al estrellarse contra mis terrores
vuela desecho en millones de noches.
*
No he vuelto a ver el lobo entre sueños.
Tal vez no exista la bestia y solo aterra
a quien teme la noche y lo sueña.

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