sábado, 27 de abril de 2013
Cuando tu terquedad venza a la mía
y nos miren con benevolencia
tendremos en el día una alegría
que eternizara la vida.
Si se nos completan los silencios,
uniéndose ellos por nosotros,
veras que bellos son los vientos
y que sincero puede ser el otoño.
Si nos queda la sangre alborotada
y se elevan las risas sobre las avenidas
es porque nos sucede la vida
y se enredan tus manos con las mías.
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