Se llamaba Marjan y lo regalaron
a las montañas azules, Kabul bajo las nubes
lo recibió murmurando entre las piedras.
No habían visto un león durante miles de años,
las montañas se asomaban a mirarlo,
las calles se abrieron polvorientas y antiguas.
Buscaban recordar como era su sombra,
el color y la forma de su paso.
Las calles recordaban los días anteriores;
la vejez de sus muros agobiados
despertó asombrada de mirarlo.
Los arbustos olieron su melena
con las rosas rudas de un jardín anterior a todo sueño.
El león era nuevo, tenía las uñas completas.
Lo regaló un pueblo que no quiso guardarlo,
lo regaló un hombre que no lo había visto nunca.
Fue mala suerte llegar aquellos días,
las montañas temblaban retorcidas.
Esforzarse en vivir, andar despacio,
correr al desamparo y el olvido.
Los muertos caminaban por las calles.
Perdió la dentadura, perdió el hambre
de tanto usarlo, perdió el arrebato y la melena,
se le extinguió la fuerza y la pureza
detrás del hierro y de los muros débiles
perdió la edad y el hábito de hacerse.
Cuando quiso pelear, perdió la guerra.
De su derrota salió solo la noche,
de aquella oscuridad salió la pena,
de su pena creció la muerte sola,
de aquella soledad quedó la ausencia.
Cuando los viajeros llegan a Kabul ha sucedido;
aquellos días ya no nos pertenecen.
Las manos que empezaron esa guerra
hoy están muertas o ya no la recuerdan.
Somos muy pocos. El león ha muerto.
El polvo duerme sobre aquellas piedras.
miércoles, 15 de mayo de 2019
martes, 30 de abril de 2019
Ahora podes dejarme, estoy entero
y te saque un trocito
de tu estar y tu aroma. Conservo
la sombra de la puerta, árboles y voces.
Cuando te vayas no podrás llevarlos,
no sabrás que se quedan
conmigo en una esquina.
Hoy que podes irte, no te fuiste completo
porque quedé con algo que no estaba previsto.
Cosas que no sabíamos que podían perderse,
quedaran estacionadas entre detalles útiles.
Así pasó con vos, quedaste
como un gato dormido.
y te saque un trocito
de tu estar y tu aroma. Conservo
la sombra de la puerta, árboles y voces.
Cuando te vayas no podrás llevarlos,
no sabrás que se quedan
conmigo en una esquina.
Hoy que podes irte, no te fuiste completo
porque quedé con algo que no estaba previsto.
Cosas que no sabíamos que podían perderse,
quedaran estacionadas entre detalles útiles.
Así pasó con vos, quedaste
como un gato dormido.
domingo, 21 de abril de 2019
Empezaron a faltar a horarios y estaciones,
se perdieron sus voces al doblar las esquinas
y no volvían. Nadie los encontraba.
Se los comió la noche.
Ahora los imaginan con los ojos cubiertos
y las manos tendidas al tanteo
como una estatua que ha perdido altura
y ahora tropieza con su humanidad desnuda.
Se los comió la noche.
Pero no ha sido así,
no fue tan bondadosa
la muerte cuando vino
con su oficio de aguja.
El mar lo sabe, lo saben los pozos,
algunos vecinos también lo saben.
Fue una época cruel, aquella
que la gente podía no llegar a diario
y que hubo quienes denunciaron a otros
queriendo o no queriendo.
Cada detalle importa.
Y luego vino la paz, lo que se puede,
porque semilla que ardió no crecerá completa.
Ahora los imaginan con los ojos cubiertos
y las manos tendidas al tanteo
como una estatua que ha perdido altura
y ahora tropieza con su humanidad desnuda.
Se los comió la noche.
Pero no ha sido así,
no fue tan bondadosa
la muerte cuando vino
con su oficio de aguja.
El mar lo sabe, lo saben los pozos,
algunos vecinos también lo saben.
Fue una época cruel, aquella
que la gente podía no llegar a diario
y que hubo quienes denunciaron a otros
queriendo o no queriendo.
Cada detalle importa.
Y luego vino la paz, lo que se puede,
porque semilla que ardió no crecerá completa.
El gordo Valor y Mario Benedetti,
que hoy leía a uno y escuchaba al otro.
Un hombre roba bancos y otro escribe poemas.
Aprendió los detalles del oficio, las runas
ocultas que aguardan la habilidad y la sapiencia
de la mano humana que retuerce el candor y el ronroneo
de una llave escondida en la penumbra.
En mitad de la noche levantan la cabeza y sonríen
hacia una forma que pareciera ajena,
hacia una esquina que se asoma discreta
y llaman desde más allá de los árboles
a la ansiedad que viene con la espera.
En esta hora cubierta de polvo que se agazapa
para rasgar una parte de las dudas y las voces,
buscando que se pueda desprender de los otros
una moneda brillante de tan pura.
sábado, 20 de abril de 2019
"la culpa es de uno cuando no enamora
y no de los pretextos
ni del tiempo"
La culpa es de uno, (Mario Benedetti)
Comencé a dejarte porque me aburría
este estar sin estar, este llegar sin haber ido
me dejó tan cansado que te quité mi espacio.
Y me fui solo y apenas para constituirme
sin la necesidad de estar contigo.
Fue bueno levantarme después de tus ausencias
porque nada tenía necesidad de ti,
el día completo vino empujándome siempre.
Estuve tan ocupado, fui solo a tantas horas
que me dejó olvidarte mi costumbre nueva
de estar sin pedirte permiso.
Las horas que antes eran solitarias y amargas
fueron inauguradas, de nuevo entré en ellas
pero no te buscaba. Solamente quedé
y me gustó de pronto este largo silencio.
Si aquello fue tu amor, ya no quedaba
nada de esa paciencia.
Te dejo, digo esto porque entonces
valió decir te quiero, aunque hoy ya no.
viernes, 19 de abril de 2019
Para que nada ronde tu oscuro corazón
te cubre el cuero gris de tu torpeza.
Tu figura compuesta de llanuras,
tu intrincado perfil de alturas,
tu corazón acorazado y duro
como una piedra que no ambiciona el cielo.
Piedra de oscuridad y de berridos,
armado y campesino, errante sueño,
te bautizaron con antigüedades.
El rinoceronte es el animal perfecto.
Pertenece tanto a la bestialidad como a la pureza,
y tanto a la naturaleza como al mito.
La mitad de todo él es invento ajeno.
te cubre el cuero gris de tu torpeza.
Tu figura compuesta de llanuras,
tu intrincado perfil de alturas,
tu corazón acorazado y duro
como una piedra que no ambiciona el cielo.
Piedra de oscuridad y de berridos,
armado y campesino, errante sueño,
te bautizaron con antigüedades.
El rinoceronte es el animal perfecto.
Pertenece tanto a la bestialidad como a la pureza,
y tanto a la naturaleza como al mito.
La mitad de todo él es invento ajeno.
Cuando nazca le pondrás un nombre,
dirigirás sus pasos,
le darás las cosas y las manos.
Será como si el hijo cumpliese cosas propias,
molestará su fiebre, completarás sus horas.
Después crecerá solo,
tomará espacios y estaturas.
Llegará hasta donde no llegarás.
¿Qué sitios ocupó dentro de ti?,
¿que ternuras se volvieron necesarias?
Los niños, cuando nacen, son como las semillas
que el sembrador tiraba sobre el mundo
y crecen desmedidos e inconstantes.
¿Aprenderá a asombrarse en las hormigas?,
¿tendrá tiempo de ver como rodean el tiempo de los hombres?
¿Qué traerá este niño que sea renovado y bueno?
Cuando nazca la urgencia será tan repentina
que el tiempo de las hojas del lapacho podrá olvidarse.
Podrá ese niño no saber que crecen también los árboles en la tierra seca.
Que una parte del humo y de los hongos quedan a su resguardo.
Quizá no necesite nombre, y solo las hormigas
alcancen sus rodillas para que se sonría.
dirigirás sus pasos,
le darás las cosas y las manos.
Será como si el hijo cumpliese cosas propias,
molestará su fiebre, completarás sus horas.
Después crecerá solo,
tomará espacios y estaturas.
Llegará hasta donde no llegarás.
¿Qué sitios ocupó dentro de ti?,
¿que ternuras se volvieron necesarias?
Los niños, cuando nacen, son como las semillas
que el sembrador tiraba sobre el mundo
y crecen desmedidos e inconstantes.
¿Aprenderá a asombrarse en las hormigas?,
¿tendrá tiempo de ver como rodean el tiempo de los hombres?
¿Qué traerá este niño que sea renovado y bueno?
Cuando nazca la urgencia será tan repentina
que el tiempo de las hojas del lapacho podrá olvidarse.
Podrá ese niño no saber que crecen también los árboles en la tierra seca.
Que una parte del humo y de los hongos quedan a su resguardo.
Quizá no necesite nombre, y solo las hormigas
alcancen sus rodillas para que se sonría.
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