Se llamaba Marjan y lo regalaron
a las montañas azules, Kabul bajo las nubes
lo recibió murmurando entre las piedras.
No habían visto un león durante miles de años,
las montañas se asomaban a mirarlo,
las calles se abrieron polvorientas y antiguas.
Buscaban recordar como era su sombra,
el color y la forma de su paso.
Las calles recordaban los días anteriores;
la vejez de sus muros agobiados
despertó asombrada de mirarlo.
Los arbustos olieron su melena
con las rosas rudas de un jardín anterior a todo sueño.
El león era nuevo, tenía las uñas completas.
Lo regaló un pueblo que no quiso guardarlo,
lo regaló un hombre que no lo había visto nunca.
Fue mala suerte llegar aquellos días,
las montañas temblaban retorcidas.
Esforzarse en vivir, andar despacio,
correr al desamparo y el olvido.
Los muertos caminaban por las calles.
Perdió la dentadura, perdió el hambre
de tanto usarlo, perdió el arrebato y la melena,
se le extinguió la fuerza y la pureza
detrás del hierro y de los muros débiles
perdió la edad y el hábito de hacerse.
Cuando quiso pelear, perdió la guerra.
De su derrota salió solo la noche,
de aquella oscuridad salió la pena,
de su pena creció la muerte sola,
de aquella soledad quedó la ausencia.
Cuando los viajeros llegan a Kabul ha sucedido;
aquellos días ya no nos pertenecen.
Las manos que empezaron esa guerra
hoy están muertas o ya no la recuerdan.
Somos muy pocos. El león ha muerto.
El polvo duerme sobre aquellas piedras.
miércoles, 15 de mayo de 2019
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Yo he tenido el amor entre los brazos, pero no era el amor; y he roído sus mieles una a una, pero las encontré vacías. Y una noche, que ...
-
Demos gracias al poeta porque hace poemas, al panadero por que inaugura panes, al albañil que ha levantado huecos de una casa, al pescado...
-
Fue el centauro a la roca para mirar el agua como un arbusto más sobre la tierra; el pálido reflejo no lo miró a los ojos. Una pequeña ag...
No hay comentarios:
Publicar un comentario