jueves, 1 de diciembre de 2022

 A veces me sucede que no duermo
y junto a la penumbra de la noche
dedico mis instantes a envejecer lijero, 
tenáz junto a los tumbos de la Luna, 

la soledad de cada nube 
y lo completo de cada árbol a oscuras. 

Y si no hay luna, espero 
entre las cosas que no mueren 
enrollado en mi resto. Soy igual 
que la mesa y las sillas, que el jarrón 
con su frío manojo de hojas muertas. 


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