Hoy, que empiezo a quererte,
me encontré sonriendo
de un recuerdo que, dulce,
flotaba en la ventana.
A veces me sucede:
me detengo y encuentro
que el otoño y el gato
conversan con la tarde;
afuera nada ocurre, solo la calle
es un largo camino hacia ninguna parte.
Pero es solo un instante.
La luz, antes de irse,
te dibuja en la sombra,
y tus ojos oscuros
y tu boca en silencio.
Solo, por tres minutos,
me detengo en el patio
y hasta el gato presiente
que ha llegado tu ausencia.
domingo, 21 de junio de 2020
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
“La vida, como un un péndulo, oscila constantemente entre el dolor y el hastío.” Arthur Schopenhauer "Sísifo de la luz, lo vi asce...
-
Es hermosa la lluvia. Si tenemos el techo que le de disciplina. Y es hermoso el sonido del metal y del agua, y la noche que brilla despu...
-
Yo he tenido el amor entre los brazos, pero no era el amor; y he roído sus mieles una a una, pero las encontré vacías. Y una noche, que ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario