Fue el centauro a la roca para mirar el agua
como un arbusto más sobre la tierra;
el pálido reflejo no lo miró a los ojos.
Una pequeña aguja lo tomó entre la hierba
junto a la planta noble del corcel.
Es el veneno agudo del escorpión,
hijo de la oscuridad y del acecho
llevó su carga de dolor hacia el pecho
de tan magnifica criatura.
Aquí su cuerpo se arrastró en la arena,
bramaba poderoso entre las piedras
apenas con sus manos contra el resto
que el mar informe ha echado fuera.
La cabellera augusta se humedeció,
esquirlas de amarga sal sobre su pena.
Yace el centauro, magnifico en la muerte
no ha borrado el agua su monstruosa belleza.
Sus hombros son dos caracolas pálidas,
su corazón es una túnica incendiada
que ardió dentro del cuerpo consumiendo
la fútil carne y el olvidado espíritu
de esta criatura muerta.
viernes, 1 de septiembre de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un día de frío. Lo sé porque es el viento y el cariño del gato las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día del oto...
-
Petunia se descubre desde la ausencia y la rutina. Sus grandes ojos claros se entienden cuando dice que nos desprecia a todos y que quiere...
-
“La vida, como un un péndulo, oscila constantemente entre el dolor y el hastío.” Arthur Schopenhauer "Sísifo de la luz, lo vi asce...
-
Es hermosa la lluvia. Si tenemos el techo que le de disciplina. Y es hermoso el sonido del metal y del agua, y la noche que brilla despu...
No hay comentarios:
Publicar un comentario