El amor es una extraña coincidencia.
Estoy seguro que es la forma natural de la quiniela.
Pero puede ser bello
y hasta honesto
cuando vas por la cale y se sonríen.
A veces me aburre su ciclo almibarado
y quiero que se odien,
porque son tan estúpidos
que no ven el camino.
Pero otras me agradan si de la mano van
hacia donde no llegan todavía
y entonces es de noche pero no demasiado.
Queda tiempo aún a la ternura.
sábado, 20 de junio de 2015
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