Si lleva en los ojos la gracia de Dios.
Argentino Luna
No se, amo me suena
a gran descortesía.
No me perteneció su huella mínima
ni tuvo ella de mi más que mi sueño.
No fuimos para el otro ningún dueño,
y acaso si tuvimos horas continuas
no fueron horas propias sino nuestras.
No fue mio su aliento a ratón fresco
ni me robó murmullos cotidianos.
Existimos cada uno a la vera
del camino perdido que seguimos,
apartados hoy día, como entonces.
Por ello tuve yo más libertad con ella que con otros
y fue, tal vez, más feliz su sueño.
Y si, era una gata.
Pero tenía de Dios los ojos.
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