domingo, 28 de julio de 2013

Tu muerte es una cantata
de tragedias y dolores,
de dioses, héroes, de hombres.

Tu muerte ya se eterniza
bajo las manos del ciego.
Tu muerte ya lleva siglos,
arrastrando su reguero
de muerte, gloria teñida
de bermellón y de cielo.

Ciudad, tu muerte es una batalla,
una estampida, un siniestro
armatoste de maderas
de clavos y de escondrijos.

El hombre que esta muriendo
no sabe que nunca muere.
Su muerte no se termina
aunque se extinga el silencio.
Su muerte ya lleva siglos.

El hombre que está matando
asesina su silencio.
Su grito es una batalla
ganada ya de antemano
contra las huestes del tiempo.

Para los dos la memoria,
para los dos es la gloria.
Para los dos es lo eterno

Zeus mismo, Temis madre,
Efestos forja lo eterno
y engarza en hilos divinos
los destinos y los tiempos.

Cubre de nombres las naves,
forja con hechos los campos
y adorna los muros firmes
con mil brillantes recuerdos.

Hasta que el niño descubra
dioses, hombres
inmortales abandonaron la muerte
para frenar el silencio.
Las palabras los resguardan,
son su escudo y su misterio.
Dioses, hombres, inmortales
aguardan reviva el verso.

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