No vengas, la mañana ya comenzó sin vos.
El día se desenvuelve ajeno a tu presencia;
incluso, es evidente, tu ausencia es el olvido
que tiñe, un poco oscuras, en el balcón las hojas.
Florecen los jazmines, los gorriones volaron.
No hay nada más que tenga tu estar entre las cosas.
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