miércoles, 22 de julio de 2020

Hoy te vi en la muerte, por un momento
estabas bajo el peso del polvo y el silencio
como los que se han ido de esta tierra.
Abrí la tumba y ahuyenté las sombras,
encontré tus huesos, tuve tus manos,
tu calavera pálida y temblorosa
y no me causó asombro.
El hueso ni siquiera tenía temperatura.
Allí no estabas.


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