Cuando yo no nacía todavía
los árboles tenían su lenguaje de señas
y todas las preguntas ya habían sido formuladas
cuando yo no nacía todavía.
Ya los grillos vagaban su mensaje divino
cuando yo no nacía todavía
sobre esta tierra hecha jarrones y colores
por otras manos anteriores
cuando yo no nacía todavía,
pero ya habían descifrado los humores del viento
y la luz de los faros atisbaba la niebla de los sueños
cuando yo no nacía todavía
pero en el monte espeso la tierra daba fuerzas
al último quebracho huido del progreso
cuando yo no nacía todavía.
Ya las hojas cumplían su millón de estaciones
cuando yo no nacía todavía
y tenían más abuelos que los que yo tendría
porque el mundo dejaba una estela de días
y nadaba en el cosmos más antiguo que el cielo,
mas antiguo que el rito de los renacimientos
cuando yo no nacía todavía,
pero todas las cosas ya habían sido dichas.
lunes, 26 de octubre de 2015
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