¿Acaso he dicho yo que ella esperaba?
Lo esperó quizá durante años,
pero cuando volvió ya no esperaba.
O lo esperó cuando quedaba sola
mirándose en la sombra de los charcos
y a su costado le sobraba espacio,
pero cuando volvió ya no esperaba.
Aquella sombra que quedaba muda
vino del largo suspiro del pasado
y le traía como una llovizna
inevitables rostros demorados
en las esquinas del recuerdo magro.
Nada más que una bruma con palabras,
como una jarra que nunca llevó agua.
Nada más que una promesa vieja
y ningún rostro que la coronara.
Es cierto: el había vuelto.
Pero no creo que ella lo esperaba.
miércoles, 22 de febrero de 2017
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