jueves, 18 de abril de 2013


Eras como la lluvia,
sorpresiva y cambiante.
A veces tempestuosa.
Eras como la luna,
siempre altiva, elegante.
Eras luna de agua,
una ilusión de Dios.
Eras sombra y misterio,
con tu voz de penumbra,
siempre grave y triste,
siempre suave y serena.
Y aun así y por eso te quería.

No hay comentarios:

Es un día de frío.  Lo sé porque es el viento  y el cariño del gato  las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día  del oto...